es ayudar a la persona a alcanzar el máximo nivel posible de funcionalidad e independencia con el fin de mejorar su calidad de vida.
Para cada persona con EM es necesario preparar un plan individual de rehabilitación, de acuerdo a sus necesidades – no existe una “receta única” – a cargo de los profesionales de la salud como el neurólogo, fisioterapeuta, terapista ocupacional y fonoaudiólogo.